[2010-11] <365>

<365> Versión austera para espacio compartido

Fuera de lugar, Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago de Chile, 2010-11

Instalación sonora de 5 canales de audio, reproductor DVD, banda sonora de 5.1

Los números son elementos abstractos, pero el número “365” se asocia inmediatamente al año del calendario occidental y así también a un determinado orden del tiempo. Sin embargo, muchas culturas no occidentales tienen una distribución del tiempo distinta. El domingo no es fiesta para todos, la cantidad y duración de los meses varía en cada cultura e incluso el año no tiene una duración fija. También varía el tiempo que en cada cultura se dedica a los diversos quehaceres diarios.

No obstante en una metrópolis como Santiago el tiempo occidental se impone. El conteo del tiempo es implacable, aún en una lengua inentendible. Apenas a nivel individual queda un “espacio” temporal disponible a la modificación. Los sonidos concretos que se intercalan entre los fonemas de los números hablados, son pulsaciones que modulan el calendario, según los intereses, necesidades y presiones personales. Estos ritmos individuales se superponen e influyen mutuamente en los habitantes metropolitanos, formando leves desfases en la realidad temporal.

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<365> Versión ampliada para sala vacía

PQN+ [Paraquenuncamas], Museo de Arte Contemporáneo, Quinta Normal, Santiago de Chile, 2011
Parte del proyecto «heterocronías – instalaciones simultáneas en tiempos diferidos», financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, 2011.

Instalación sonora de 8 canales de audio, computador, software
15 acuarelas, 12 fotografías intervenidas, 800 tarjetas postales

 

800 tarjetas postales circulando por Santiago

12 fotografías intervenidas, c/u 75 x 55 cmts.

15 acuarelas en la sala

“365” es producto de mi condición de extranjero, tanto en Chile como temporalmente en España. Aquí especialmente mi roce con los diferentes ritmos de vida, la importancias que otras personas de otros orígenes culturales dan al quehacer diario, el tiempo que invierten en una cosa y en otra no.  Los elementos visuales de la instalación (fotografías, tarjetas) se ubican fuera de la sala del acontecimiento sonoro. Así al espectador se designa un trabajo de memoria, haciendo las relaciones entre que ha visto antes en la tarjeta o en los pasillos del Museo con lo que escucha en la sala de la instalación. Y al revés, después de la escucha de los números, sonidos y testimonios lo conecta con los retratos. El tiempo de la experiencia estética se fragmenta, dilata, se hace presente en diferentes espacios.

 

 

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