Los 8 errores
Proyecto Balcón, Alianza Francesa, Concepción, 2010
Impresión digital sobre pvc, 100 x 200 cm
Aquí combino dos imágenes de diferentes contextos: un dibujo del caricaturista Laplace y un fragmento de un grabado de la “Schedelschen Weltchronik” de 1493. Este libro fue escrito por Hartmann Schedel, un ciudadano culto y acomodado de la ciudad alemana de Núremberg. Con sus 1809 xilografías y 656 páginas, esta “Crónica Mundial” es el libro más extensamente ilustrado del siglo XV. El fragmento muestra la profecía bíblica de la caída de la ciudad de Babilonia.
El dibujante Laplace por su parte pública diariamente en el diario “La Vanguardia” de Cataluña, España un par de dibujos, en el cual se debe buscar siempre ochos diferencias entre ambos dibujos. Frecuentemente son caricaturas respecto de la cultura y en especial de la pintura, que a veces insinúan lecturas sorprendes sobre problemas estéticos. Aquí en una escena de un taller de pintura el protagonista toma sus fallas de visión a través de sus lentes trisados como apariencia de la realidad.
El texto es el mismo que acompaña los dibujos de “La Vanguardia”, pero cambia su sentido respecto de su uso original. Obviamente no se puede hacer un ejercicio de comparación formal entre dos imágenes tan diferentes como el derrumbe de una ciudad y una escena de trabajo. Incluso la palabra “error” no se puede aplicar al concepto de las diferencias de detalles entre ambos o a fallas de copia. La palabra “errores” habría que leerla respecto del trabajo en su totalidad de tal forma, que estos no forman parte de la representación formal de las figuras, sino en el concepto que plantea.
Derrumbe, mano de dios (desastre natural), instrumentos de percepción de la realidad, arte como representación, cultura y naturaleza son algunos de los conceptos que aquí surgen y que pueden tener (o no) – si se relacionan con la situación actual de Chile después del terremoto- implicancias equivocadas o desacertadas.
Errores [Versión nº 3]
Valparaíso, 2009
El Gran Vidrio, Consejo de la Cultura y las Artes, Valparaíso, 2009
Errores, Galería UNIACC, Santiago, 2015
Plotter sobre papel, medidas variables
Texto > Leonor Castaneda : COMETÍ UN ERROR
“El nadador, de 23 años, fue fotografiado fumando marihuana y aunque nunca dio positivo por ninguna droga, la Federación estadounidense le sancionó con tres meses de suspensión: “Cometí un error estúpido y es algo de lo que voy a aprender. Siempre tienes que estar en guardia”. Reconoce que desde entonces su actitud ha cambiado. “Adonde quiera que vaya, soy realmente consciente de todo lo que pasa a mi alrededor. Recientemente he comenzado a hacer eso más y más. Siempre estoy mirando quién está alrededor mío, veo quién está haciendo qué, sin importar quién sea, si lo conozco o no”. ¹
Generalmente concedemos valor al ver, pero la pregunta es cómo vemos. El ver se ha ido degradando hacia un simple curiosear, hacia un visitante en el que pasa inadvertido el sentido de ser visto. El acto de ver se despliega al abrirse en dos, en el ver y en el ser visto, o dicho de otra forma, como lo que nos mira en lo que vemos. “Y he aquí que surge la obsesionante pregunta: cuando vemos lo que está frente a nosotros, ¿por qué nos mira algo que es otra cosa y que impone un en, un adentro?”² Lo que nos mira es imposible de ver, está contenido en lo que vemos como un indicio, pero es un vacío con potencia visual que nos mira, nos asedia.
Al observador le es inherente el error. Observar, es el diálogo constante entre la posibilidad del error y la veracidad de la percepción y el juicio. Un posible error sería no advertir la paradoja, en la que el acto de ver solo se despliega al abrirse en dos.
COMETÍ UN ERROR Y AHORA ¿QUÉ PUEDO HACER?
El espectador es aquel sujeto que se constituye con el espectáculo. Spectare = mirar, es la raíz etimológica que comparten espectador, espectáculo, espejo y especulación. El espectador no es quien asiste, sino quien es asistido en su necesidad de ser. El que participa de un espectáculo lo hace por su necesaria búsqueda de un espejo en el cual reflejarse, ese reflejo es la mirada del espectáculo sobre al espectador.
El lugar del espectáculo, del arte y del espectador, es hoy inestable más que nunca. No son fijas las distancias entre espectador y obra, los actores no están del todo definidos entre la sociedad, y las obras no solo ofrecen el lugar contemplativo.
El espectador observa intentando averiguar qué es en realidad o “en verdad” lo que se le ofrece. El lugar estable y definido del espectáculo que nos pone a salvo de los errores, parece ya no estar disponible.
El espectador se busca errante en el espectáculo, en una escena que no siempre es distinta o distante de la vida real.
“Ahora somos espectadores de lo que también ocurre en secciones del diario que no son la de espectáculos. Es habitual que al encender la televisión resulte difícil distinguir si lo que vemos es un telenoticias o un reality show.” ³
El riesgo a no distinguir parece real, el error es inminente como lo que nos mira en lo que vemos.
¹ Declaraciones del nadador olimpico, Michael Phelps, en mayo de 2009
² Georges Didi-Huberman, Lo que vemos, lo que nos mira. Manantial, Buenos Aires, 1997. Pág., 14
³ Néstor García Canclini, Lectores, espectadores e internautas. Geidesa, Barcelona, 2007. Pag. 40
Errores (collage sobre cartón)
Barcelona, 2002-2003
Café Schilling, Barcelona, España, 2003
Errores (técnica mixta sobre tela)
Santiago de Chile / Barcelona, 1996 – 2002
Instituto Goethe, Santiago de Chile, 2000
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