Fluidaz-Liquideción
Asedio al paisaje. Sala de Arte CCU, Vitacura, Santiago de Chile, 2010
Obra por encargo del curador Ramón Castillo.
Instalación sonora de dos canales
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Rainer Krause, visitó y recorrió la Cervecera CCU Chile Ltda., ubicada en Quilicura. El artista fue al lugar y realizó registros sonoros de las actividades y atmósfera de la planta durante el mes de julio. Una forma metafórica de ingresar al interior de la fábrica pintada por Strozzi. Es el sonido rememorando la entropía de metales, líquidos, materias primas y trabajadores que Krause ha manipulado con el fin de proponer un ambiente o paisaje sonoro a partir de cuatro parlantes suspendidos en el cielo y un parlante puesto en un módulo de la Sala de Arte: es como si se tratara de un regreso súbito de la fábrica y sus mejores tiempos de producción. En el tiempo en que el perímetro de la zona tenía otro paisaje sonoro, hoy ha sido reemplazado por la actividad incesante de los vehículos, los tacos, y las multitudes de oficinistas y comerciantes.
Krause fue el 14 de julio a registrar los sonidos in situ. Se desplazó en la empresa a través de la zona de fermentación, botellas, grúas, vapor, zona de envasado y de carga de los camiones, descarga de latas y con estos seis movimientos acústicos elaboró un dibujo-diagrama-partitura para explicar la narrativa en el tiempo de los sonidos y luego, reproducirlos. Seis momentos en los que la atención del auditor aumenta, y esta flecha de atención continua se interrumpe dejando silencio… y luego, sonidos particulares, más direccionales desvían la atención sobre la realidad o ficción de esta atmósfera fantasmal y concreta. Es como si las operarías y operarios de la cervecera de pronto se activaran y se desmarcaran, y fuera de marco comenzaran a recuperar el tiempo perdido del paisaje. Se alternan los cinco movimientos con ruidos puntuales provenientes del chorro o goteo de agua, sección de botellas, quebrazón de botellas, golpes de caja, destrozos de loza y sonidos de copas… casi no se escucha gente, pues está tan mecanizado el trabajo que hay muy poco personal a la vista, a diferencia de la imagen de hace 60 años donde la gente estaba al interior en una escala muy distinta respecto de los procesos y mecanizados.
Los sonidos y ruidos se alternan en este paisaje que acontece mientras recorremos la Sala de Arte de la CCU, una serie de sonidos deslocalizados que Krause reconoce:
«El sonido en este exposición convive con las obras de los demás artistas. Se trata de un sonido que no viene de un lugar en particular, a diferencia de la pintura, la fotografía o el video. El sonido no tiene marco, puede provenir desde cualquier parte. Existe sonido envolvente (atmosférico) y direccional (en este caso, que proviene del parlante puesto junto al cuadro de Strozzi).»
(Texto Ramón Castillo, del catálogo de la exposición)